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El poder de las distinciones

By Richi Gil | Ago 30, 2018

La capacidad de tener distinciones más poderosas nos permite hacer cosas que antes no podíamos hacer, y cuando podemos hacer cosas que antes no podíamos, podemos lograr resultados diferentes. Las distinciones nos ayudan a poder intervenir en el mundo de una manera distinta. En esta conferencia, Richi Gil postula que hay ciertos modelos mentales que contribuyen al desarrollo de estas distinciones y otros que lo obstaculizan.

Estos vídeos fueron originalmente grabados en una conferencia presentada en Lima, Perú.

Las distinciones

Nuestras historias

El sabelotodo

La víctima

Transcription

Orador: Quiero invitarlos a mirar hacia adentro y desde ahí poder mirar de una manera distinta. La hipótesis que tengo es que, si cambia tu manera de mirar, todo lo que se te aparece va a ser distinto. Si cambia tu manera de mirar, aquello que mirás cambia.

Esta es una cita de Wayne Dyer que a mí me encanta, dice, “Cuando cambiás la manera en que mirás las cosas, esas cosas que mirás cambian”. Quiero demostrarlo, parece un statement lógico, pero quiero mostrarles a ustedes cómo esto es verdad y cómo cuando tenés ciertas distinciones para mirar, podés ver cosas que de otra forma no puedes ver.

Miren por ejemplo esta foto e imaginen que salen esta noche, que sea en un cielo despejado en Lima y miran hacia arriba, ¿qué ven? ¿Estrellas? Ves estrellas. Ahora, ¿qué ve tu amigo? Tu amigo que es astrónomo te da una clase de astronomía; te cuenta que además de estrellas en el cielo tenés galaxias, tenés nebulosas, tenés planetas. Tienes planetas que son distintos de las estrellas porque tienen un brillo diferente.

Además, hay satélites en el cielo; algunos satélites son geoestacionarios, giran con la tierra, pero otros, si prestas atención, puedes ver el derrotero en el cielo, ¿vieron alguna vez un satélite desplazarse? Lo que yo postulo es que, si ustedes la noche siguiente miran hacia arriba, van a ver otro cielo, no van a poder más ver el cielo que vieron antes, ¿por qué? Porque empezaron a tener distinciones que antes no tenían. ¿Hasta ahí estamos?

Otro ejemplo. Levantás el capó de un auto, de un coche, de un carro, ¿qué ves? Un motor, ¿normalmente qué hacés después? Cerras y pedís ayuda, ¿por qué? Porque no tenés distinciones. Ahora, tu amigo mecánico ve otra cosa, no ve lo que ves tú; él ve un montón de piezas que están armónicamente interconectadas, que dependen unas de otras y entiende cómo una parte del sistema afecta a la otra, ¿se entiende esto?

Tu amigo puede hacer cosas en ese sistema que tú no puedes, ¿por qué? Porque tiene distinciones que tú no tienes. Lo que quiero desafiar es la noción que todos tenemos de que el mundo está ahí afuera y que nosotros vemos el mundo y hablamos de él; eso no es verdad. Tú no hablas de lo que está ahí afuera, tú solo ves ahí afuera aquello de lo que puedes hablar; eso es lo que quiero postular en esta charla.

Si tienes distinciones más poderosas, podes hacer cosas que antes no podías hacer. Cuando puedes hacer cosas que antes no podías, puedes lograr resultados que antes no podías lograr, ¿se entiende la lógica? Quiero postular que aprender a tener ciertas distinciones los va a ayudar a ustedes a poder intervenir en el mundo de una manera distinta.

Esta charla tiene que ver con expandir perspectivas, con ayudarlos a ustedes a ver algo que antes no veían.

Orador: La primera distinción que quiero invitarlos a tener es que cuando ustedes miran los negocios, la parte de la tarea, lo que dice ahí “Tarea”, la parte “It”, “It” quiere decir la parte impersonal, la parte de las cosas, es muy importante. Ustedes tienen objetivos de crecimiento, tienen objetivos de profit, objetivos de retorno sobre la inversión, etcétera, y eso es superrelevante.

Al mismo tiempo quiero ofrecerles que hay dos dimensiones que si no funcionan bien, lo de arriba va a estar a riesgo, y esas dos dimensiones son las dimensiones interpersonales, la dimensión de la comunidad, la dimensión de cuánto respeto o cuánta solidaridad hay entre ustedes, qué nivel de confianza hay entre ustedes. Después la parte personal, cada uno, cada persona como líder, ¿cómo se sienten ustedes?, ¿se sienten entusiasmados?, ¿se sienten en un espacio de flow?, ¿se sienten inspirados?

No es que el “We” y el “I”, o el “Nosotros” y el “Yo” reemplaza a la tarea, no estoy postulando eso. Lo que estoy diciendo es que tener esta distinción los puede ayudar a ustedes a descubrir cómo pueden usar los dominios interpersonales y personales al servicio de lo que tienen que hacer todos los días.

Yo sé que esta distinción puede parecer casi obvia. Cuando hacemos estos ejercicios en las compañías, lo que pasa es que en general las personas pasan mucho más tiempo en el “It”, que en el “I” y en el “We”.

Si ustedes quieren construir interdependencia, si quieren construir colaboración, si quieren construir algo integrado, una primera recomendación es que aprendan a dedicarle tiempo formal también al “I” y al “We” al servicio del “It”; ese es un concepto. El otro concepto es que los resultados que están arriba de iceberg, imagínense que los resultados de arriba es el slide anterior, el éxito, el éxito sostenible, extraordinario.

Ese éxito arriba tiene como plataforma y por debajo hay una serie de acciones, que es la parte de comportamientos que ustedes tienen que hacer para lograr esas cosas que quieren lograr, y aun por debajo de los comportamientos tienen lo que llamamos la parte de la plataforma, la infraestructura humana, cómo ustedes piensan.

Cuando yo estoy hablando de la forma de mirar el mundo, lo que estoy hablando es de esta parte que está acá abajo, que es las historias que nosotros armamos acerca de cómo funciona el mundo.

A mí me gusta contar que los seres humanos en general hacemos tres cosas cuando vemos algo. Vemos algo, nos contamos una historia siempre, todo son historias. Entonces vemos algo y nos contamos una historia. Lo segundo que hacemos, nos creemos la historia. ¿Por qué? Porque es nuestra. Entonces si es nuestra, debe ser cierta. Lo tercero que hacemos, que es lo más problemático de todo, nos olvidamos que nos contamos una historia.

Entonces andamos por el mundo creyendo que vemos lo que es, y nos olvidamos que eran historias para empezar. Como dice Einstein, “No se pueden resolver los problemas que creamos desde un nivel en conciencia desde el mismo nivel de conciencia, tienes que tomar una perspectiva para poder resolver el problema”.

Orador: Imagínense que ustedes entran en una conversación pensando que saben ya lo que hay qué hacer. Entras con un espíritu de certeza, puedes aprender cursos de escucha efectiva, cursos de conversación, entrenamientos de negociación, pero si internamente tú piensas que ya sabes la respuesta, como este señor que dice, “Yo soy de racional y en general y tengo razón”.

El problema es que los otros no son racionales y en general, no tienen razón. A ese arquetipo, a esa forma de mirar el mundo, que te mete en problemas, nosotros le llamamos en inglés es knower, en español es sabelotodo. Gente que siempre postula que tiene la respuesta.

¿Conocen gente así? En general, cuando pregunto si todos conocen, pero en general están siempre afuera de la sala, nunca están acá, siempre son los otros los que son más así.

Les cuento una historia para que entiendan cómo viene esto. Es imposible conectarte con ese espíritu si quieres de asombro, si no puedes perder la certeza.

Jean Piaget, que fue un psicólogo que estudió el desarrollo de los niños, hizo un experimento con niños de tres años. ¿Alguien tiene niños de tres años o tuvieron niños de tres años?

Este es el experimento. El tomó un cubo como este, pintado de distintos colores, y se los dio a los niños para que jueguen. Los niños jugaron 10, 15 minutos con el cubo y después los sentó en una mesa de un lado y él del otro. Puso el cubo en el medio de la mesa, el color azul estaba mirando hacia él y el color verde, mirando hacia los niños.

Jean Piaget le preguntó a los niños, “¿Qué color están viendo ustedes?”. ¿Qué responde un niño de tres años? “Verde”. ¿Por qué? Porque un niño de tres años entiende los colores, sabe lo que es el color verde.

Después les hizo la segunda pregunta más difícil. Les preguntó, “¿Qué color creen ustedes que estoy viendo yo?”. ¿Qué responde un niño de tres? “Verde”.

¿Por qué responde verde el niño de tres años? ¿Por qué? Porque para un niño de tres años el mundo es como yo lo veo, un niño de tres años no tiene todavía la capacidad mental de entretener la posibilidad simultánea de que yo veo algo y tú puedes estar viendo otra cosa. No lo pueden hacer.

Cuando repite el experimento a los siete años, los niños pueden decir, “Nosotros vemos verde y tú estás viendo azul”, porque entre los tres y los siete se produce un evento madurativo en el desarrollo del niño, donde puede tener esa doble idea existiendo al mismo tiempo en su cabeza. ¿Hace sentido?

¿Después qué pasa? Los niños crecen, en vez de tres, tenés 43. Ahora, desde esta perspectiva, muchas veces estos ejecutivos de 43 años en realidad lo que tienen es 40 años de experiencia de tener tres, porque siguen viendo el mundo como lo ven.

¿Conocen gente así, que no pueden entender cómo el mundo es distinto de como yo lo veo? Puede haber cosas que no estás viendo, porque no tenés la distinciones, porque tu cerebro te está engañando por lo que fuere.

Ustedes ya vieron esto. Estas son cosas verdaderas que se dijeron en un momento. Thomas Watson, “Yo creo que hay un mercado para cinco computadoras en el mundo”.

Yo sé que parece gracioso esto, pero en su momento fue verdad, o ésta, los que leyeron la historia de Los Beatles saben que fueron rechazados porque las bandas de rock estaban de salida, o ésta, “¿Quién diablos va a querer escuchar hablar un actor?”.

Ustedes se ríen hoy, pero piensen cuáles son las frases de hoy que ustedes están diciendo, pensando y sintiendo y son estas frases de mañana. Acá han visto– Ha venido gente que está trabajando en Silicón Valley, donde ustedes ven cómo está cambiando el mundo. ¿Cuántas historias de las que ustedes tienen, van a ser mañana estas historias?

El primer concepto que quiero dejarles hoy, esta mañana, es, ¿Cómo volverse un aprendiz que opera desde la humildad, desde la curiosidad y no un sabelotodo que opera desde la certeza? En general, lo que ocurre es que la certeza viene de la mano de la arrogancia.

Si ustedes quieren abrirse al mundo, quieren aprender a mirar de una manera distinta, lo primero que tienen que perder es la certeza de que ya tienen la respuesta.

Yo sé que parece una tontería lo que estoy diciendo. ¿Alguna vez estuvieron 100% seguros de que tenían razón en algo y estaban equivocados, pero completamente equivocados? ¿Alguna vez les pasó? Nos olvidamos que podemos estar equivocados.

Orador: Todo el tiempo nos pasan cosas, ustedes tienen montones de desafíos. Estoy a punto de infectarlos con un virus, que, si creen en lo que voy a decir en los próximos 10 minutos, por un lado, te arruina la vida, porque no podes después olvidarte que lo escuchaste, pero también te cambia la vida. Este fue el concepto más importante que a mí personalmente me cambió la vida.

Cuando empezás a mirar el mundo, como que te vienen cosas, te vienen desafíos. Pero siempre tienes una elección, ¿qué vas a hacer cuando te enfrentes con cierto desafío?, ¿vas a quedarte culpando a alguien que lo tiene que arreglar o vas a hacer algo? Esa es la gran pregunta.

Quiero ilustrarlo con un ejemplo, que tal vez esto pasa también, imagínese que ustedes tienen muchas reuniones, imagínate que alguien llega tarde en esas compañías y le preguntan, “Bueno, ¿por qué llegaste tarde?”. ¿Cuál es la típica respuesta?

Público: El tráfico.

Orador: Muy bien, ya sabía la respuesta que iban a dar. Hay taco en Lima, hay tránsito en México, en San Pablo, esto pude ser cualquiera de las autopistas de las grandes ciudades de Latinoamérica. La pregunta es, imagínense que es verdad, imagínense que hay tráfico, ¿es verdad que llegó tarde por el tráfico? Bueno, sí, si no hubiera tráfico hubiera llegado a tiempo.

El problema es que cuando tú explicas que llegaste tarde por el tráfico y solamente esa variable. Imagínate que el mundo fuera función de una sola variable, I= F(x), entonces el tráfico es la variable explicativa, ¿qué tiene que pasar para que llegues a tiempo?, ¿que no haya tráfico?

Público: Sí.

Orador: Obviamente ustedes ya están pensando, “Bueno, pero salí antes”, obviamente, porque el mundo no es una función de una sola variable.

Pero el problema es que cuando tú dices el tráfico, en el fondo lo que dices es, “El tráfico no es culpa mía, yo no cree el tráfico, son los 200,000 que salieron a la misma hora, porque si ellos no estuvieran yo hubiera llegado temprano”, y es verdad. El problema es que tienes muy poco control sobre ello, cuando contestamos, “El tráfico”, lo que estamos buscando en general es la inocencia, “El tráfico no es mi culpa”.

Tengo una mala noticia, la inocencia, eso es como cuando van a comprar un combo, te venden todo. La inocencia viene siempre acompañada de la impotencia, tú no puedes ser inocente y poderoso, es lo que quisiéramos, pero no es posible. Cuando clamas, “Esto no es mi culpa”, lo que estás diciendo también es, “Yo no puedo hacer nada para cambiarlo”, ¿hasta ahí se entiende? Llamamos a esa filosofía, “La filosofía de la víctima”.

La víctima siempre tiene explicaciones perfectas de por qué no puede lograr lo que no está logrando. No sé, ¿alguna vez alguno de los que está en esta sala no logró los objetivos?

¿Alguna vez?

[risas]

Aunque sea díganselo a ustedes mismos, ¿alguna vez? Piensen qué tipo de explicaciones se daban porque no lograban los objetivos, ¿eran explicaciones que eran exógenas?, ¿tenían que ver con cosas externas a ustedes?, ¿o eran endógenas con cosas que ustedes no habían hecho o cosas que podían haber hecho mejor?

Esta forma de mirar el mundo te cambia la vida, porque lo que empezás a darte cuenta es que cada vez que apuntas a alguien para culparlo de algo que te pasa, tenes tres dedos que te apuntan a ti y te preguntan, “¿Tú qué podrías hacer?”.

Esta filosofía, los quiero invitar a ver cuál es la otra. A mí me encanta esto, porque, ¿cómo aprendemos a hablar como víctimas?, ¿los niños? De nuevo, vamos a los niños, que después crecen, “La leche se derramó”, ¿escucharon alguna vez eso de alguno de sus hijos?, alguien dice, “Yo tiré la leche, yo derramé la leche”, no, “La leche se derramó sola”, y le preguntas, “¿Por qué se derramó?”, si tienen un hijo muy inteligente les va a decir, “Por la gravedad”, y es verdad.

Ahora, el hecho de que yo estaba cerca y la empujé con el codo sobre el borde es una parte convenientemente omitida de la historia, o este otro, ¿alguna vez escucharon?, “El iPad se rompió”, ¿escucharon?, ¿cómo se rompe un iPad?, ¿se suicida? Se tira del mármol de la cocina y cae de punta, quiere terminar con sus días, o, “Ella empezó la pelea”, ¿alguno de sus hijos se pelea con el hermano y dice, “Yo empecé”? Fíjense, nunca son ellos.

Esta me encanta, un niño dice, “Me saqué un 10”, o un siete, no sé, la nota máxima, eso dicen los niños, pero el dos se lo puso la maestra.

[risas]

No se lo sacan ellos, ¿están de acuerdo con esto?

Bueno, de nuevo, los niños crecen, “El proyecto se demoró”, ¿alguna vez escucharon eso?, “Se demoró un proyecto”, ¿cómo se demoran los proyectos?, ¿cómo se demoran?, ¿cómo hace un proyecto para demorarse solo?, ¿ven la estructura? Que es igual a, “La leche se derramó”, “Se perdió el archivo”, ¿a alguien alguna vez se le perdió un archivo solo? Se esconden en el BIOS del disco duro para que ustedes no lo encuentren.

Es algo que tenemos aprendido, ¿por qué los niños hablan así?, ¿por qué los niños hablan en idioma inocente e impotente?, ¿por qué?, ¿por qué se imaginan?, ¿por qué habla así un niño?

Público: Porque juegan para su lado.

Orador: ¿Cuál es el miedo del niño?, ¿qué pasa si se hace responsable?

Público: Lo castigan.

Orador: “Me van a castigar”, y si me castigan, ¿qué quiere decir eso?, que mis papás no me quieren, no me aman como antes porque me castigan. Para el niño es muy importante no ser responsable, no ser el culpable, después crecemos y tenemos las mismas historias.

El problema que yo quiero postular acá es que estas historias lo que hacen es sacarnos el poder, estas historias lo que hacen es crear un contexto donde al final del día tenemos montones de razones por las cuales no logramos lo que queremos lograr.

Tenemos explicaciones perfectas, “Es muy difícil el trabajo”. En los talleres pregunto, “¿Es muy difícil hablar en chino?”, ¿es difícil hablar en chino?

Público: Sí.

Orador: Hay como tres billones de personas que piensan que no es difícil. Decís que es difícil cuando hay algo que tú no puedes hacer, llamamos, “Difícil” a aquello que no sabemos hacer, pero en vez de decir, “Yo no sé”, y en ese caso puedes aprender si quieres, ponemos la causalidad afuera. Eso genera un estado de frustración, resentimiento, resignación. Quiero postular obviamente que, ¿cuál es la explicación a la alternativa del tráfico? Dado el tráfico no te levantaste lo suficientemente temprano, ¿están de acuerdo?

Público: Sí.

Orador: Es verdad el tráfico, y al mismo tiempo, si tú consideras el tráfico puedes levantarte antes. En todo desafío que ustedes se enfrenten siempre van a tener cosas que están fuera de control y que están bajo su control.

A lo que quiero invitarlos esta mañana es que, a partir de ahora, sin desconocer las cosas que la vida les trae, empiecen a mirar cuáles son aquellas cosas que están bajo su control, enfocarse en aquellas cosas que ustedes pueden controlar, porque las variables explicativas que ustedes no controlan les van a traer tranquilidad al principio, pero como vimos, resignación y resentimiento al final, esto te da poder.

Ahora estás en spot light, bajo la luz, de la misma forma que la inocencia tiene un costo, que es la impotencia, el poder también tiene un costo.

El poder no es gratis, porque si no todos quisieran esto, ¿cuál es el costo del poder? El costo del poder es que te tienes que hacer responsable, que no puedes mirar para ningún lado.

No podes hacerte el distraído, no podes decir, “Yo no tengo nada que ver con esto”. Esta es la filosofía del protagonista o player en inglés, de la misma forma que el aprendiz era la contra cara del sabelotodo, el protagonista es la contra cara de la víctima.

En cada circunstancia de tu vida tenes la opción cómo vas a responder, por eso yo digo que es un virus, porque ahora lo saben esto. Lo que haces es te haces parte del problema porque si no sos parte del problema, aunque no lo hayas creado no puedes ser parte de la solución.

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