
Diagnóstico
Después de delinear juntos los desafíos existentes en torno a la agilidad y de establecer objetivos medibles, realizamos un diagnostico de partida sobre la mentalidad ágil de cada miembro del equipo.
Cambia la falsa agilidad, basada solo en rituales, por una agilidad auténtica, integral y sostenible
Muchas compañías desean agilidad, pero se limitan a poner foco en el hacer: a pesar de seguir prácticas y procesos supuestamente ágiles, siguen encorsetadas. Algunos directivos siguen anclados en las “antiguas usanzas”, como proyecciones trimestrales, informes de progreso pormenorizados y arduos procesos con multitud de etapas. Esto puede durar años si no enseñas a las personas a “ser” ágiles.
La agilidad está en la esencia de una cultura emprendedora de éxito: el dinamismo es constante y se pivota fluidez de un cambio al siguiente. Ayudamos a los líderes corporativos a desarrollar este sentido de urgencia: la mentalidad ágil.
No nos centramos en las prácticas de agilidad sino en las personas a ver cómo sus mentalidades les llevan a comportamientos que obstruyen la agilidad, incluso inconscientemente. Durante este proceso, descartamos cualquier pensamiento que no esté centrado en ayudar al cliente o en generar valor.
Las personas disfrutan siendo ágiles; nosotros simplemente nos encargamos de que no saboteen su propio compromiso con la agilidad.
Después de delinear juntos los desafíos existentes en torno a la agilidad y de establecer objetivos medibles, realizamos un diagnostico de partida sobre la mentalidad ágil de cada miembro del equipo.
Cada miembro del equipo trabaja con un coach personal para aflorar aquello que, por su mentalidad, está impidiéndole ser ágil. La simple toma de consciencia de estos obstáculos suele ser el disparador necesario para lograr un cambio de comportamiento significativo.
Usamos una amplia variedad de técnicas para crear un cambio de comportamiento significativo. Estas técnicas varían desde simulaciones hasta crear planes de acción respaldados con su compromiso.
Los miembros del equipo se hacen responsables de su propio progreso frente al plan de acción y se rinden cuentas mutuamente en los meses siguientes, garantizando así que pasan de predicar la agilidad a ejercerla.